martes, 31 de mayo de 2011

La incoherencia de la entraña

En un martes , nada común, precedido por una serie de días casi capaces de crear la ilusión de que, todo lo que se quiera puede hacerse realidad, “la entraña” - traicionera como es- se asustó, y la hizo caer en la atractiva trampa de la contradicción.

“Cuándo no lo tienes, lo quieres, y cuándo lo tienes…te asustas”

Es mentira decir que no lo quieres, cuando tanto esperaste o trabajaste por cierta cosa, situación o individuo en cuestión; sin embargo, por alguna razón, nosotros – y por nosotros hablo de la rara especie conformada por escritores/periodistas- dramaturgos de tiempo completo vemos y hacemos pretextos donde no los hay. Aquel que camina con armadura al hombro gusta del drama cuando sólo hay comedia, son los que quieren ponerle sal al postre y negarse a lo que a todas luces los puede hacer felíces.

Después de caer a la coladera traicionera por culpa de la entraña alborotada- que ella hipócritamente llama sentido común- caminó en el agujero por unos minutos buscando entre sus bolsillos algo para alumbrarse. Un par de días antes su “sentido común” le había aconsejado dejar de fumar, así que ni a fuego llegaba; entonces con un gesto de auto compasión por sus atrabancadas decisiones exploró el boquete a tientas y tomó asiento en donde encontró menor acumulo de ideas tóxicas; tal vez ahí sentada podría hacer un esfuerzo por calmar a la entraña y dejar de sentir ese miedo contradictorio que sólo la aleja de sus gustitos; de los nuevos y los viejos, hasta de los eternos.

En esta idea de vivir al límite para maximizar los sentimientos y pensamientos, lo simple se ve más aterrador que saltar sin red de un avión. Porque nada es imposible. Las heroínas con armadura dramática, son capaces de complicar hasta lo más simple, pueden hacerlo todo, hasta negar que son felices; son expertas en el arte de disimular, pero lo peor que alguien puede hacer, es creerles esa mentira tan bien ensayada en sus bocas: “no pasa nada. Todo está bien”.

Caminan con disfraz de heroínas armadas hasta los dientes cuando en realidad quisieran sentirse princesas.

De pronto se sintió sofocada en ese boquete estrecho de pretextos , sin cigarros, sin gustitos, sin sus brazos…sólo sus ideas y su futuro, que aunque brillante, no le parece suficiente. Se dibujó incoherente y en ese momento ya no cupo la justificación. Había que tomar el momento, o lo que quedaba de éste , sin fantasmas, ni esperas, la opción sería subirse a un riel sin tiempos.

Si lo obtenido costó trabajo puede que sepa mejor, pero hay cosas que son y punto; sin más llegan se aceptan y se viven … o se pierden. No todo el drama debe ser aclamado, hasta los dramaturgos de tiempo completo disfrutan las carcajadas de vez en vez y es más… hasta las hacen sus favoritas.

Se subió al riel sin tiempo esperando no caerse, sin promesas ni etiquetas; finalmente, para poder tener algo que perder primero hay que tener algo.

No hay comentarios: