jueves, 29 de enero de 2009

Conclusiones inspiradas…

Para vivir en una ciudad como el DF se necesitan dos cosas: paciencia y huevos.
Esto lo afirmo porque en el universo chilango hay que tenerlos bien puestos para tomar decisiones, soportar el tráfico, ir a un antro y esperar en cadena con un naco con poder frente a ti decidiendo si vales o no; en fin nuestra querida ciudad ofrece un sin número de situaciones a prueba de paciencia y fuerza, imposibles de encontrar en otro sitio.

Dados estos puntos de stress y por si no fuera suficiente, cometemos la audacia que querer encontrar el amor como si fuéramos buscando vendedores ambulantes.
Porque no nos conformamos con cualquier cosa, porque aún en tiempos de crisis insistimos en que el romance no está sobrevaluado y que merecemos encontrar nuestra historia rosa- o del color que más se les antoje-, lo cierto es que aunque el amor no debiera ser una gran batalla, el proceso puede resultar toda una guerra …

Esta guerra se juega en diferentes escenarios, la historia es generada a gusto del cliente con acciones, ya sea en una barra donde una sonrisa resulta más estimulante que la cafeína que ahí se vende o bien en donde los decibeles, ridículamente altos, de la música en el aire sólo permiten ver a través de los ojos de quien te mira fijamente antes de robarte un beso…

En esta batalla se lucha contra más de un factor , es interna y con el mundo, contra el tiempo y la caprichosa distancia. Para algunos fóbicos del producto nacional, los sentidos se les globalizan y son víctimas de innegables virtudes visuales que poseen las diferentes razas, dialectos y lenguas varias; para finamente darse cuenta que los defectos son universales y nada tienen que ver con lo que afirma el pasaporte.

Pero aún existen peores escenarios, dignos de los más valientes y pacientes aquellos necios que se aferran a los sueños de casualidad y destino irresponsable; a estos no les importa ni la distancia, ni los terceros en discordia, ni el que dirán, ni nada..son puro corazón y no por esto son malos sólo soñadores que un beso vieron materializado todo.

-El humo envuelve la cadencia amplificada de las notas de una guitarra, el suelo vibra y de repente los ojos se posan en alguien, en algo que ha atrapado su atención y sin justificación alguna, sin pensar, los labios son atraídos como imanes entre una atmósfera inquietantemente ensordecedora …-

Así sucede a veces, el problema está en que un beso se convierta en el principio de muchas conversaciones largas e intrincadas, en el pretexto para hallar culpables o en el prólogo de una historia de esas que sueñan los pacientes, los valientes, malinchistas y egoístas, de las que sueñan todos.

Ni la geografía, ni el tiempo, ni los terceros eximen sentimientos, quien dijo que el romance está sobrevaluado es un cobarde. Porque en universos chilangos y de otras urbes pequeñas y grandes, sino se arma uno de paciencia y huevos, el miedo mata.