lunes, 7 de noviembre de 2011

Por encima del suelo

Insertas como imperceptibles recompensas dentro del ajetreo citadino existen detalles capaces de hacer caminar a una mujer por encima del suelo.

Y no me refiero sólo a la obvia altura que brinda un buen par de tacones, si no a esos detalles – que pasan de largo ante contenedores de testosterona- capaces de arrancar sonrisas, incluso en medio de una crisis de estrés.

Una canción mezclada con la chillante música de fondo urbana, una llamada sin razón a la mitad del día o ese boleto del cine que ha vivido de polizón en la bolsa desde la semana pasada... y de pronto se pega a los dedos para ser visto de nuevo; pecattas minutas que hacen las veces de escalones directo al pedestal del enamoramiento.

Y justo a ese pedestal vi subir, mantenerse y caer a varias en una semana, y aunque todas las historias son diferentes a todas las unen esos detalles...el punto es saber que hacer con ellos.

Para algunas la contínua aparición de esos curiosos hechos van acompañados de una minuciosa lectura entre líneas, que muchas veces suele acabar en paranoia y auto saboteo, pero para otras- aquellas maestras en el arte de hilar detalles y capitalizar situaciones- el conjunto de los mismos, amasados con temple y pacencia, termina por confeccionar historias dignas de pedidas de mano en la playa , impulsos románticos, esperanzadores hasta para la cínica que escribe.

Escuchar, leer y estar casualmente metida ésta semana entre anuncios matrimoniales, rupturas anunciadas como en guión de telenovela – de esas de drama de alta factura- segundas oportunidades, reencuentros y otras peculiaridades emocionales puso en evidencia el valor de esos detalles, las consecuencias- buenas en su mayoría- para las que deciden tomar riesgos y elevarse del piso aunque sepan de antemano que pueden caer.

Lo trascendente del detalle no reside en su capacidad de provocar sonrisas por sí mismo, si no en el valor o la cobardía de quien lo tiene en sus manos, y hace algo para que no sea sólo una linda anécdota de café si no apenas el prólogo de una historia escrita en varios tomos.

Para las cínicas hiper independientes, el temor de escribir historias largas, se maximiza cuando se juntan más de tres detallitos; sin embargo, al verse reflejadas en las masters del romanticismo queda a pensar la posibilidad de que tal vez el autosaboteo no esla mejor defensa y que vale la pena apostar y subirse al pedestar, aún sabiendo que no hay garantía para no caer.

Pero mientras junto los detalles necesarios para convencerme de treparme al pedestal, extiendo mis respetos para las que ya lo hicieron, y estoy segura que se mantendrán por encima del suelo siempre.

Para mis adoradas Jimena, Mónica y Jessica, toda la felicidad. ;)
GCHA

domingo, 16 de octubre de 2011

Cuando la muerte rompe el tedio

La muerte de los consagrados a los grandes les hiere y a los chicos les confunde; a mí me entristece.

Desde que recuerdo haber tenido el primer contacto con personas letradas y con dote de palabra supe que quería admirar como ellos, saber como ellos y comprender de la misma manera.

A la muerte de un gran personaje, no me ha quedado más que el vacío tremendo, que viene de darse cuenta que formas parte de un cúmulo tedioso de mentes flácida y criterio blando, y eso, me entristece y me horroriza.

Me horroriza ser parte de una estadística cliché egresada de instituciones privadas con bandera de comunicólogos, alias todólogos, que sólo por venir de esas aulas y rankearse en primer lugar de las encuestas universitarias como carrera, ya tienen derecho a ocupar puestos que no merecen; me horroriza y entristece saber esta realidad; sin embargo, ese horror me hace darme cuenta que está en mí desmarcarme del cliché.

Darse cuenta de la pérdida de un consagrado me hace darme cuenta del tedio en el que se envuelve la mente atiriciada por la tecnología que la consume sin comprender su motor; la vaguedad con la que se habla de muertes y millones en la misma oración; la ligereza calificativa con la que describimos nuestro entorno sin sentirlo; la sentencia de las quejas vacuas de quienes hablan por que tienen boca, de los que opinan sin conocimiento de causa, y además bajo una firma y credencial que lo permite.

Me dedico al periodismo con la esperanza de que el curtir diario me avive la pasión, que el entrono y la gente me eduquen y jalen en mí en gatillo de la cuestión y que no se me adormezca el juicio; me dedico al periodismo para que las ideas me advengan como la corriente del mar hasta que me obligue a vencer el miedo a cuestionarlo todo.

Escribo con la esperanza de sentir a diario la efervescencia de la duda, esa piedrita que me haga preguntarme el por qué y no sólo el qué, el detalle, el verso y el anverso de las cosas.

Leo como esponja acompasada con respiraciones hondas que interioricen las ideas, una a una, para que después de un análisis de conciencia puedan fluir por mis dedos como chorros punzantes, entre hechos y verdades, amarrados, sustentados, yuxtapuestos.

Leer que ha muerto un consagrado, me entristece, pero no porque lo admirara tanto como aquellos que tuvieron la fortuna de pasar por sus ideas para forjar su educación, si no exactamente por lo contrario, porque no lo hice. Pude haber tomado más retos, pero nunca es tarde para comprender que al intelecto lo mueve la necesidad de aprender.

Talvez no estaba en el tiempo correcto, o simplemente lo entendí tarde, al despertar de el letargo privado, ese vacío ideológico que provoca no tener carencias, y al decir esto no quiero decirme mártir o que sea necesario el sufrimiento sacar algo bueno, lo agradezco; sin embargo, sé que me hizo falta rasparme un poco las rodillas para moldear un criterio más definido, en dónde reboten las palabras, y preguntar sea reflejo.

Es difícil quitarse la camisa para sentir el frío del entorno por gusto; darse cuenta que esa es la realidad y hay que caminar kilómetros para entender de que tratan los caminos, caerse y levantare, romper cosas y lidiar con triunfos y lutos para finalmente, algún día, escribir una idea con sentido.

Me dedico a esto porque se que no es fácil, que vale la pena hacer la lo que nadie hace, salirse del común y porque tengo la esperanza de aprender algo nuevo diariamente; bajo esa idea vivo y espero hacerlo por el tiempo que la vida me requiera de este lado de la trinchera.

Por momentos la inercia me hace olvidar este motivo, pero en tardes como esta, cuando lees la noticia de la pérdida de un consagrado de la pluma, es cuando recapacito y doy cuenta de la esencia del oficio y de la necesidad de no perderlo.

Quedan ya pocos y eso es lo que me entristece, que cada vez hay menos plumas que contagien el espíritu que lo que se debe y no de lo que se puede, y más, cuando la mayoría necesita inspiración para recordar que para que se muevan las cosas hay que provocarlas.

Tengo necesidad de abatir el tedio, de seguir aprendiendo.

GCHA

viernes, 17 de junio de 2011

Narcisaville y la explosión hipotecaria

Acabados de acero y vidrio resplandeciente fondeados con brillantes pisos de mármol blanco dignos de un ambiente de sofisticación y elegancia capitalista. Era la maqueta de un escenario forrado con diamantes; rociado con el cálido y nuevo aroma “lo tengo todo”. Un Manhattan clásico embutido, discretamente, en una zona clasemediera mexicana. ¡Bienvenidos a Narcisaville!

Narcisaville era costosa, tanto, que ningún crédito cubría las posibilidades del sueño marmoleado; en un país donde no alcanza para lo indispensable- NI CON 6MIL PESOS- ofrecer complejos residenciales de alto lujo talvez no era la mejor estrategia. Plan B: Bajar los costos, que los extranjeros inviertan en deuda y que Narcisaville reciba todas las atenciones con rentas baratas de corto plazo pero con diversiones garantizadas. El nuevo esquema de renta de vivienda, casi como de tiempos compartidos, sonaba bien. Narci, la orgullosa dueña, se comprometió gustosa.

Pasemos de un lujo exclusivo a un lujito comunal. ¡Para todos hay! Le advirtieron que se arrepentiría, pero lo hizo hasta mucho después…mientras hubiese inquilinos la fiesta podía seguir.

En un panorama de recurrentes reclamos por la falta de ingreso, la federación concede, se endeuda por el “bien” de los demás. ¿¡Todos quieren casa propia!?, bajemos los precios e inflemos una burbuja de aparente exclusividad, mientras esa burbuja de intereses se llena de deudas impagables, arrendatarios morosos, hipotecas vencidas e inquilinos de aquí y de allá que vienen y van desgastando todo al paso.

Lo exclusivo se vuelve de úsese y tírese como, el corazón de condominio que se llena de habitantes turistas que checan visa y se van, dejando deudas impagables. Con el tiempo, esas villas exclusivas parecen más departamentos de interés social, esos que nadie quiere realmente, sólo son un paso. Un depreciado lugar para pasar la noche.

La tensa calma que antecede al desastre tiene un periodo, pequeño, de prosperidad, ese limitado boom de patadas de ahogado a diestra y siniestra que nublan por un momento la llegada de una inminente crisis. Antes de derrumbarse por completo, la casa/corazón edificada sobre naipes se tambalea, mientras adentro, todos bailan sin control. Así dentro de Narcisaville había fiesta diaria, opulencia que, aunque disfrazada, por meses supo a champagne y fresas.

Una mañana cayó el esperado periodicazo. “ Embargan Narcisaville” La deuda era imposible, los inquilinos a quienes se les repartió crédito como bendiciones ya no podían con los gastos y comenzó así el éxodo. Tal como en los corazones de condominio, la burbuja de cariñitos racionados llega al tope, y revienta sacando a todos de tajo.

Ya con todos en la calle se empieza la reconstrucción de la estructura; fuertes inyecciones de capital y ayuda de los aliados y organismos con el poder de rescatar. Los litros de helado y las copas de vinos hacen las veces de millones de dólares y el plan de austeridad se refiere a un periodo de castidad.

Tras la austeridad… el relanzamiento.

La maqueta de Nacisaville reloaded parece tan deslumbrante como antes; sin embargo, las cláusulas ahora son mucho más restrictivas. Pena por quien tropieza con la misma piedra dos veces, ahora no hay renta sólo compra y de contado, sin créditos ni prórrogas.

¿Será que esta vez se evitará inflar la burbuja? Talvez, sólo queda ahora no caer en el extremo contrario del proteccionismo. ( por cierto así se llama el bulldog que cuida la entrada del residencial).

gcha/ @gaVsavilech

lunes, 6 de junio de 2011

“De lejos”….

Ves como hay cosas que pensamos que se ven mejor de lejos. Suelen ser más bonitas de lo común, frágiles, tanto que es preferible verlas desde cierta distancia para apreciarlas en todo su esplendor.

De lejos las cosas permanecen protegidas en un aparador.

Lo que se ve de lejos no es posible romperlo, tampoco influirlo o quererlo, conserva su naturalidad y se mantiene incorruptible.

La distancia permite construir opiniones, ciertas o no, pero funcionan para justificar los pensamientos del imaginante. De lejos es posible hacer validos los pretextos a conveniencia propia.

La carencia de replica permite sentenciar a placer.

El olor y sabor los propone la imaginación impulsado por lo que alcanza a ver desde la distancia, y así va construyendo ideas y texturas, pero nunca sentimientos. La distancia se restringe al pensamiento y racionaliza para no involucrarse.

Sin embargo, lo que se contempla de lejos no se olvida. Se encapsula como un recuerdo en un cajita transparente de la memoria; se archiva en un cajón que poco a poco se destiñe y sólo es posible evocarlo de la mano del hubiera.

Recuerdo que se era muy lindo… de lejos.

GCHA/ @gaVsavilech

martes, 31 de mayo de 2011

La incoherencia de la entraña

En un martes , nada común, precedido por una serie de días casi capaces de crear la ilusión de que, todo lo que se quiera puede hacerse realidad, “la entraña” - traicionera como es- se asustó, y la hizo caer en la atractiva trampa de la contradicción.

“Cuándo no lo tienes, lo quieres, y cuándo lo tienes…te asustas”

Es mentira decir que no lo quieres, cuando tanto esperaste o trabajaste por cierta cosa, situación o individuo en cuestión; sin embargo, por alguna razón, nosotros – y por nosotros hablo de la rara especie conformada por escritores/periodistas- dramaturgos de tiempo completo vemos y hacemos pretextos donde no los hay. Aquel que camina con armadura al hombro gusta del drama cuando sólo hay comedia, son los que quieren ponerle sal al postre y negarse a lo que a todas luces los puede hacer felíces.

Después de caer a la coladera traicionera por culpa de la entraña alborotada- que ella hipócritamente llama sentido común- caminó en el agujero por unos minutos buscando entre sus bolsillos algo para alumbrarse. Un par de días antes su “sentido común” le había aconsejado dejar de fumar, así que ni a fuego llegaba; entonces con un gesto de auto compasión por sus atrabancadas decisiones exploró el boquete a tientas y tomó asiento en donde encontró menor acumulo de ideas tóxicas; tal vez ahí sentada podría hacer un esfuerzo por calmar a la entraña y dejar de sentir ese miedo contradictorio que sólo la aleja de sus gustitos; de los nuevos y los viejos, hasta de los eternos.

En esta idea de vivir al límite para maximizar los sentimientos y pensamientos, lo simple se ve más aterrador que saltar sin red de un avión. Porque nada es imposible. Las heroínas con armadura dramática, son capaces de complicar hasta lo más simple, pueden hacerlo todo, hasta negar que son felices; son expertas en el arte de disimular, pero lo peor que alguien puede hacer, es creerles esa mentira tan bien ensayada en sus bocas: “no pasa nada. Todo está bien”.

Caminan con disfraz de heroínas armadas hasta los dientes cuando en realidad quisieran sentirse princesas.

De pronto se sintió sofocada en ese boquete estrecho de pretextos , sin cigarros, sin gustitos, sin sus brazos…sólo sus ideas y su futuro, que aunque brillante, no le parece suficiente. Se dibujó incoherente y en ese momento ya no cupo la justificación. Había que tomar el momento, o lo que quedaba de éste , sin fantasmas, ni esperas, la opción sería subirse a un riel sin tiempos.

Si lo obtenido costó trabajo puede que sepa mejor, pero hay cosas que son y punto; sin más llegan se aceptan y se viven … o se pierden. No todo el drama debe ser aclamado, hasta los dramaturgos de tiempo completo disfrutan las carcajadas de vez en vez y es más… hasta las hacen sus favoritas.

Se subió al riel sin tiempo esperando no caerse, sin promesas ni etiquetas; finalmente, para poder tener algo que perder primero hay que tener algo.

domingo, 29 de mayo de 2011

VIERNES

En una caótica ciudad la idea del equilibrio se torna un tanto utópica; los extremos parecen ser complementarios.

“Te prometo que nos vemos el viernes”, dijo y la escucha creyó sin titubeos.

Llegó y abrió la puerta de madera con pasmosa calma como retenida por un aire casi lechoso. Soltó la flor que sostenía su cabello y sacudió sus rizos como queriendo revolver de golpe las ideas dentro de su cabeza. Ideas, que aunadas al inevitable sopor que trae consigo la cercanía del lunes, le hacían querer con más ansia que acabara la semana; que llegara el viernes.

La vibrante vida citadina la había aburrido; bien dicen por ahí que hasta la belleza cansa y la fastuosidad…también. Tanto neón tintineante la habían hecho perder el foco de las luces sencillas, de los helados y las tardes en casa, de un gol cantado a todo pulmón y de una plática sin tiempo.

Los grandes reflectores funcionan igual que los planes en martes: a cierta hora se acaban y es casi imposible que salgan bien más de una vez; sin embargo, los viernes son velas constantes, siempre se esperan con ansia recurrente y no fallan.

De lunes a jueves escuchó la promesa en su cabeza. La repetía para reafirmarla y convencerse de seguir creyendo en el viernes; había razones suficientes para hacerlo; sin embargo, le quedaban dudas…circunstanciales talvez, y por eso peores, ya que no dependían de ella. Era preciso confiar para lograr un equilibrio entre ambos extremos.

Confió en el significado del viernes, en su constancia, en su naturalidad. Creyó en el significado de ese día, en el valor de esperar algo durante 6 mañanas con sus tardes; en la sonrisa de una promesa cumplida.

Puso de nuevo la flor en su cabeza para retener las ideas que la habían hecho mantenerse firme en su pensamiento de lunes a jueves, sonrío sin darse cuenta y salió a vivir su viernes, sin importar si a la gente que la rodeaba le gustara más el jueves o incluso si los domingos parecían más atractivos en ocasiones.

Antes de salir se topó con la contraportada de un libro viejo: “A su alrededor, los demás, el jodido mundo que es como una isla desierta cuando no hay un maldito viernes que te cuente un cuento”, decretó Almudena Grandés en 1991; y quiso más ese cuento, quiso más ese viernes.

Logró llegar y terminar la espera con las ideas revueltas y el corazón latiendo con esperanza inamovible. Al verlo no existieron más días ni plazos. Valió la pena esperar a que llegara un viernes.

GCHA/@gaVsavilech

martes, 17 de mayo de 2011

Les "madrugaron" el sentido común

Dicen que en el reino de los ciegos el tuerto es rey; y en este caso México es tremendamente ciego, pues escudados en una “altísima (doble) moral” hacen como que no ven a cualquiera que piense, sienta o parezca diferente.

A propósito del día mundial contra la homofobia , y dicho sea de paso también del internet, usaré este último como medio para defender la causa primera y presentarles a un grupo mediático que, con aval de apellido yunquista “influye” a sus lectores contra la diversidad y especialmente contra la homosexualidad en una campaña publicada en febrero de 2011 titulada “El madruguete legislativo”.

En este artículo la redacción de Yo Influyo, presidido en consejo por Rosa Martha Abascal, hija del fallecido ex secretario del trabajo y gobernación durante del sexenio de Vicente Fox, Carlos Abascal, catalogan de perversa la idea de que se respete como derecho la preferencia sexual; ya que dicen va en contra de la naturaleza y atenta contra el derecho de los padres de familia a decidir sobre la protección y educación de sus hijos en materia de educación sexual; ya que sin duda, el admitir en sociedad personas con preferencias sexuales diversas obliga a las escuelas a inculcar, apertura y tolerancia, conceptos que demeritan la alta moral de la que gozan los que esto escriben.

El exhorto del medio reza de la siguiente manera:

“Hoy puedes unirte en contra del madruguete legislativo, ya que este término de ‘preferencia sexual’ da pie a una ambigüedad legislativa que le abriría la puerta a numerosas perversiones sexuales, entre ellas, la pedofilia, el transgenerismo, el transexualismo, el sadismo sexual y el masoquismo, entre otras, como indica el

“Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales” (DSM, por sus siglas en inglés).

De ahí que ni siquiera la American Psychiatric Association (APA) emplee el término.
Al establecer la ‘preferencia sexual’ como un derecho humano en la Constitución Mexicana su enseñanza se vuelve obligatoria en las escuelas del país, de la misma forma en que se enseña a los niños y jóvenes acerca de los derechos humanos.

Igualmente, se impediría que las diferentes religiones se opusieran a este tipo de comportamientos dañinos para las personas y sus semejantes, lo que mermaría sus derechos a la libertad de expresión y la protección contra la discriminación”, publicó Yo Influyo en febrero de 2011, tras la aprobación de una iniciativa de ley en la cámara de diputados en materia de derechos humanos que contempló la protección a las personas con preferencias sexuales distintas.

El texto remata con una invitación a unirse a la campaña “No al Madruguete Legislativo” a través de la firma de una carta enviada al senado de la república en contra del respeto al derecho de poseer una preferencia sexual distinta a la heterosexual, redes sociales y mailing.

Meses después supe de varias personas a quienes les había molestado el “madruguete” no por ir contra su manera de pensar sino porque es casi inaudito pensar que un medio se escude en principios católicos para promover revocaciones de ley, promover la intolerancia en un país que da patadas de ahogado por parecer tolerante, y que nos crean de primer mundo, muy open mind.

Cuando leí esto, me di cuenta que a México le faltan eternidades para ser plural por convicción, donde no importe la preferencia sexual, la religión, la raza o el género, nos quejamos de las burlas del extranjero pero aquí se sigue calificando y sentenciando a todo aquel diferente.

Aquí link del artículo en Yo Influyo:
http://www.yoinfluyo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=29333:no-al-madruguete-legislativo-iinfluye-ya&catid=1:reportajes&Itemid=222

jueves, 12 de mayo de 2011

No + Sangre y No + Tedio

Con la piel enrojecida por la inclemencia solar, apunté el lente de mi cámara hacia las más de 25,000 personas que marchaban por una causa común, sin importar el cansancio latente, la sed y las etiqueta de ‘locos’ impuesta por aquellos que no están de acuerdo; así, con el silencio sostenido en la garganta caminé entre el “manicomio” ambulante, y me encontré creyendo de nuevo.

Triste es darse cuenta de cómo el entorno se diluye en la mediocridad, a escala de país o incluso de oficina, envuelve todo con un aire anestésico.

Toda situación tocada por esta brisa adormecida de la que hablo, y me quejo, tiene 2 realidades completamente opuestas una de la otra. Quien vive en el medio de ambas “masterisa” por un lado el arte de fingir una sonrisa de contento hacia afuera, para los extranjeros; y a controlar los gritos rabiosos con palabras amables para los muertos locales; esos que parece que nacieron tal cual son hoy: grises, pálidos, planos, vacuos, esos que deambulan sin quererlo y que me atrevería a decir que lo que corre por sus venas no es sangre sino leche rebajada.

Somos tan buenos fingiendo, que quienes ven las cosas desde fuera del cubículo creen que aquí los premios y las glorias brotan como flores en ramillete de la alfombra, pero no hay tal cosa. Los que quedan con algo de espíritu tratan de sacudirse el tedio; pelean contra éste como si fuese una gran bestia carnívora que lo devora todo sin discriminar.

Y así finalmente las opciones en el espiral de la mediocridad son sólo 2, como quien dice hay de 2 sopas: o tienes miedo o tienes tedio y para vencer a cualquiera de ambas lo mejor es rendirse a los placeres de la locura. El modus vivendi que , confieso, ha sido lo que me ha hecho levantarme de la cama las últimas semanas y viajar con visa de obrera profesional a una oficina en la que, erróneamente, se cree que la creatividad debe producirse por destajo. La locura es como una medicina de efecto prolongado, permite soportar al incicio, pero despierta al segundo golpe.

Después de estar entre la multitud marchando y escuchando protestas contra lo que en este país ya se cree normal, desperté con las marcas del sol y los pies latiendo, pero consciente de que esa realidad contra la que apenas se comienza a levantar la voz, se vive a toda escala; de menor a mayor, México está envuelvo en permisibilidad, en una cama blanda de hartazgo,en una gran plasta de nada; y así, me encontré creyendo de nuevo.

Quise escribir para contar historias del día a día, para “hermosear” o “repudiar” lo que se ve con palabras, para crear imágenes en la mente que quien leyera mi trabajo y eso sólo se obtiene en la calle, viviendo y no entre 4 paredes de formáica sobre alfombra de uso rudo.

Escuché el “No + sangre” de la marcha del 8 de mayo, sentí la vibración del Estadio Azteca con el sonido de un acorde irlandés y se me enchinó la piel con un beso contenido por más de un año; y así, me encontré creyendo de nuevo.

Supe que en mis venas hay sangre y no leche. Voy a hacer que hierva de nuevo, les cuento como resulta. “No + Sangre y No + Tedio”.

GCHA / @gaVsavilech

miércoles, 23 de febrero de 2011

Una bala

Con un rápido parpadeo obturan la luz, abiertos se mantienen y lentamente se dilatan como mancha de tinta en el contorno circular, para enfocar la escena que yace inerte delante de ella.

Parece ecuánime y soberbio con una mirada distante, ambas manos metidas en las bolsas del saco desgastado, con la indiferencia de un ateo que se niega a persignarse al pisar una iglesia. Entre los labios porta elegante un cigarro largo y a medio consumir.

Él la oye sin escuchar, la ve sin observar, al tiempo que ella le mienta la madre con susurros gentiles y casi imperceptibles.

Las palabras se aglomeran como balas en el estómago, que hacen que se le retuerza la entraña con verlo: el vivo retrato de su ira, de lo que fue desenfrenada lujuria que fue capaz de consumir con tal gula, que ni la más soberbia diva hubiese despreciado. Pero así como llegó estaba a punto de irse, bastaba, que ella se atreviera a matarlo con esa bala que, de tan potente, no logra articular para sacarla de su boca.

Para la torre de blanca tez el consumo del cigarro en su boca marcó el tiempo destinado para el veredicto.

- ¿Te quedas o te vas?

Obtura sin cesar para disimular la cascada que busca salir por una barrera de pestañas, la voz no le alcanza para articular la grandilocuencia de su iracundo discurso preparado, y sólo espeta gemidos que contienen el llanto.
Se estira para tomar su mano y convencerlo por última vez de seguir loco, lo piensa…repiensa.

Da un paso atrás y finalmente logra enfocarlo en su totalidad. Sí, es inerte y sin sentido, ambiguo y desteñido; tanto exceso en el encuadre parece provocarle un bodegón nauseabundo y finalmente entiende que, en la totalidad panorámica, su blanco no contrasta bien con su negro.

Él se arranca la bachicha desde la comisura del labio y la arroja al suelo con el desdén con el que fue capaz de tirar años de sonrisas y mágicos encontronazos corpóreos; su actitud es la tan esperada salvación de ella que sólo llegó con el tiempo y una muestra del negativo en su más primitiva expresión: el cinismo de aquel.

Escupió la bala con un adiós escrito.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cursilería v.s. Cinismo

Como cada año el 14 de febrero es un día para el duelo de opiniones: negaciones hipócritas v.s comentarios que podrían provocar diabetes; es un encuentro épico entre ocupados y solteros, en el que la mayoría de las veces la valemadría se usa para justificar la mediocridad emocional.

Desde que comienza el día se ven claramente ambas caras de la moneda. Por un lado están los que desfilan cargando caros y enormes regalos que no les caben en los brazos; con semblante nervioso y lánguida mirada puesta en el cielo- como retrato de iglesia- van y vienen implorando que el gasto valga la pena, y el amado en cuestión, les retribuya con un cocktailito de romance para equilibrar la hormona.

Y contrario a esta miel están los solteros: criaturas cínicas, ácidas y aparentemente incapaces de sentir el mínimo de ternura; sin embargo, detrás de los irónicos comentarios y el desaire contra el “día más mercadológico del año”,ellos, son los más ansiosos por escuchar un te amo, por recibir un enorme ramo de esas rosas rojas que les parecen tan de mal gusto, por una cena a la luz de las velas o una serenata al pie de la ventana pa’ presumir su amor a los vecinos.

Ambos bandos hacen redituable este día, a su manera los 2 capitalizan lo cursi, tanto los que compran el paquete completo como los que mientan madres mientras brindan por las bondades de la soltería.

Estos últimos son quienes empeñados en mantener la pose, hacen evidente su cobardía emocional, sin caer en cuenta que para ganarle la batalla a cupido no hay que negarlo o ahogarlo en tequila sino dejarse de hacer el interesante, bajar la guardia y dejarse ver…siempre hay ojos buscando.

A título personal, este año estoy del lado de los cínicos solteros y no digiero mucho el azúcar, pero lo agridulce puede ser agradable e incluso volverse recurrente todos los días del año.

domingo, 30 de enero de 2011

Souvenirs

Uno de los efectos secundarios de limpiar el cuarto es darse cuenta del cúmulo de souvenirs que habita en los cajones, el clóset, las repisas y demás compartimentos hechos para arrinconar cosas.

Así pues, sobre mi cama había: llaveros, camisetas, tazas, encendedores, tequileros y otros objetos multicolor y multiforma– no siempre de buen gusto- que me recordaban lugares, museos, aviones perdidos y algunos tours un tanto más caros o dicho de otro modo: relaciones nacidas en tierras ajenas. Esos “recuerditos” por los que sí se paga exceso de equipaje.

La idea de deshacerme de cosas era ahuyentar a los fantasmas que acompañan estos recuerditos, mismos que últimamente se le han aparecido a algunos viajeros conocidos- debe ser época- lo cierto es que al momento de toparse con estos souvenirs después de muchos años, por primera vez, te tomas la molestia de leer con atención las letras chiquitas. Revisas con atención todos los lados de aquella obra de arte plastificada y te das cuenta que tratar de mantener una relación a distancia fue tan falso como una artesanía MADE IN CHINA.

La camiseta de “I LOVE NY” que se destiñe a la primera, el llavero réplica de la Torre Eiffel que no sobrevivió al trato del valet parking o la taza que se rompió a la primera lavada con jabón zote. Así, cual jarrito de Tlaquepaque es la relación con extranjeros; que llega por las mismas razones por las que llega un souvenir: por impulso, por compromiso o por quemar toda la energía/dinero que traías dispuesto para el viaje.

Pocas relaciones – aunque no es imposible- de estas logran salir airosos al malinchismo vacacional. Pero mientras llenaba el par de bolsas negras con papelitos, mapitas y boletos de cine me di cuenta que todo esto que compramos en tienditas de 2 x 5 no representa ,ni un poco, de lo mucho o poco que le haya pasado al viajero durante su estancia en “fairy land”.

Ya sea a distancia o en colonias vecinas, los mejores souvenirs no son los más brillantes, ni los que tengan más colorcitos y que además te canten cada vez que los mueves sino los que decides que valieron tanto la pena como para llevarlos puestos.

domingo, 2 de enero de 2011

De solista a la pantalla grande

En el último día de vacaciones buscaba plan para aligerar, por un lado la insoportable levedad del domingo y por otro la temible idea de regresar a la cotidianidad laboral – una semana basta para desacostumbrarse de la rutina- y a falta de territorio Telcel en casa de mis hermanas de vida opté por irme de solista en un experimento social: ir sola al cine.

Ante la inquisidora mirada social existen actividades non santas para hacerse en solitario, ir al cine, tomar café, visitar un restaurante, turistear por la ciudad, entre otras varias; parece ser que el código de entretenimiento se divide en solteros y parejas – según los comprometidos- y en este caso a una soltera hereje se le ocurrió salir sola al cine, ¡Y en domingo!, no vaya a ser… Sin embargo, a pesar del “Manual de Carreño” me instalé en la butaca de la sala 12, en la fila que se me pegó la gana de acuerdo a mi ceguera: en medio y adelante.

La idea de hacer este tipo de cosas individualmente -a mi reflexión- nada tiene que ver con el estado civil de la persona; en una ciudad donde más de la mitad de las mujeres de menos de 30 años goza de las bondades de soltería, “andar sola” es un estilo de vida y una elección de cómo pasar el tiempo. Por un lado evitas el clásico:

- ¿Qué hacemos?
- Lo que tú quieras

Entrevista que puede durar horas sin rumbo y que deja insatisfecho a uno o más jugadores.

Lo cierto es que la libertad de elegir película y horario sin discusiones intermedias es relajante y sentarte justo a la altura óptima para tú deficiencia visual es confort puro; encantada con mi salida independiente, le daba uno que otro sorbo a mi café mientras esperaba entrar a la sala, cuando caí en cuenta de un bemol en la actividad.

Criticar a la señora “super size” con su cubetón de palomitas o presenciar la tierna torpeza de unos pubertos en first date es más divertido con un cómplice al lado- aunque observar invariablemente da material para escribir- pero a pesar de mi lapsus me di cuenta que esto valía la pena; hasta que capté la atención de una pareja de conocidos preguntones.

Todo el concepto de libre entretenimiento se tambalea al escuchar : ¿Con quién vienes?
Y justo cuando vas a expresar con toda naturalidad que vienes sola, la miradita condescendiente- y un tanto lastimera- de la parejita te obliga a decir – en un patético actuar- que tú “significant other” está en la dulcería. Apresuras el adiós y se van. Como para Oscar el teatrito que armaste en 2 minutos, pero la única persona incapaz de creérselo fuiste tú o yo.

El defecto más grande de andar como un salmón por la vida, es que la mayor parte de la gente lo juzga; hacer cosas como solista cuando lo políticamente correcto es hacer un dueto es materia del banquillo de los acusados, pero a quien no le importe, podrá disfrutar de la compañía de “simismo” sin tapujos.

La verdad disfruté mucho el experimento, haré otro pronto, a ver que cara me ponen y que tanto juzgan.